Este fue el punto de partida hacía la zona conocida como el Valle de Argentina, aunque no pudimos completar la ruta pensada por los dichosos cortes en las carreteras que nos lo pusieron muy difícil, si que pudimos conocer dos pueblos medievales maravillosos: Pigna y Dolceacqua.
Poco más podemos contar sobre ellos, el atractivo principal recae en pasear, perderse por la maraña de callejuelas y en nuestro caso tener la primera toma de contacto con los italianos quienes desde ese momento y hasta hoy han mostrado una gran amabilidad.
Ah!! y disfrutar de un buen desayuno italiano, café y pastel!
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