Empezamos rodeándola por el sur dirección a Vadsø por una preciosa carretera de costa que bordea el fiordo de Varanger salpicada con algún que otro diminuto pueblo formado por 4 o 5 casas que como siempre dan un toque de color al paisaje.
Todo este paisaje se complementa a la perfección con las zonas arboladas del otro lado de la carretera con alguna que otra casa de madera y los bonitos tonos otoñales muy vivos en esta época en Noruega en contraste a los muchos otros árboles que ya han perdido todas sus hojas.
Con todo este bonitos escenario llegamos a Vasdø un pueblo que ha pasado ante nosotros sin pena ni gloria, es uno de estos pueblos de servicios, supermercados, gasolineras, comercios, biblioteca y ninguna atracción turística. Paseamos por sus calles con una tarde lluviosa y lo único que nos gustó fue encontrarnos con una mujer que vendía en la calle productos rusos, cosa que nos recordó lo cerca que nos encontrábamos de ese enorme país.
Al día siguiente amaneció soleado, muy soleado y con el cielo totalmente despejado, eso sí, con un frío viento y las temperaturas bastante bajas. Seguimos nuestro camino hacía el siguiente pueblo de nuestra ruta, Vardø. Al contrario que su vecino, Vardø ofrece una bonita y curiosa ruta turística por el pueblo. Un camino marcado en el asfalto te va guiando entre las principales atracciones del lugar mientras varios carteles informativos te explican lo más destacado de cada punto de parada.
Este pueblo esta bañado por el Mar de Barents y la pesca ha sido y es la principal actividad del pueblo, además debido a esto antiguamente tenían muchisima población Rusa y esto se hace notar en el museo Noruego- Ruso y en una de las esculturas en honor a los rusos fallecidos en el pueblo y que no pudieron ser enterrados en el cementerio local por no compartir la misma religión y fueron enterrados en una zona cercana al mar.
Siguiendo con la ruta llegas al punto más curioso del circuito, un lugar dedicado a todos los asesinados por el poder acusados de practicar brujería entre los años 1600 al 1663.
En primer lugar te encuentras con una significativa estructura cerrada con paredes de cristal con una silla en el centro en llamas y rodeada de espejos donde se representa la manera en que eran quemadas estas personas. Además te puedes ver reflejado en cada uno de los espejos junto con el fuego lo que te hace sentirte como si estuvieras sentado en esta maldita silla.
Seguidamente hay toda una exposición, con un bonito juego de luces con pequeñas ventanas y una bombilla por cada persona que murió en este lugar junto con un cartel donde puedes conocer su nombre, su profesión, saber si era Sámi o no, de que se le acusaba y cuando y como fue asesinado.
Y como última parada del circuito llegas a la pequeña fortaleza en forma de estrella, hoy un cuartel militar, donde gratuitamente puedes andar por el foso y hacerte a la idea de la curiosa forma y puedes visitar los edificios interiores previo pago,claro.
Sinceramente nos ha gustado este pequeño pueblo, el circuito marcado es muy interesante y el resto del pueblo es diferente a los otros pueblos noruegos, esta bastante poblado y las casas están unas al lado de las otras, sin enormes jardines (cosa que puede parecer una chorrada, pero normalmente los pueblos de este país son bastante extensos y con mucho terreno entre casa y casa) con lo que le da una apariencia más "pueblo".
Seguimos nuestra ruta hasta al final de la carretera donde se encuentra el pequeño pueblo de Hamningberg. El tramo de carretera desde Vardø hasta Hamningberg es precioso. Te ofrece paisajes que parecen de otro mundo, paisajes que jamás habíamos visto en Noruega en fin, una auténtica maravilla! Tras pasar un tramo de tundra, entras en un terreno rocoso con formaciones rocosas de todos los tamaños y formas y de vez en cuando inmensas playas rompen la oscuridad del lugar que da el color de la roca.
Hay momentos de la carretera que circulas entre paredes de roca donde solo hay espacio para un carril.
Solo por este tramo de carretera merece la pena hacer toda la carretera aunque esto incluya volver por donde has venido, no nos importó nada volver a recorrerla!
Maravillados con el entorno no nos dimos cuenta y ya estamos en Hamningberg, un conjunto de casas perdidas en el fin del mundo. Como muchos otros pueblos del país sorprende ver que hay gente que vive en estos lugares tan recónditos, donde los inviernos deben ser durísimos y donde los servicios más cercanos están a varios kilómetros de sus casas.
Paramos a comer disfrutando de la soledad del lugar y sin poner un pie fuera porque hacía un frío que te congelaba hasta las ideas.
Y de nuevo, carretera de vuelta por donde habíamos venido, volviendo a contemplar los preciosos paisajes que discurren por esta.
Otra vez en Vadsø, pasamos noche en el parking donde dormimos a la ida. A la mañana siguiente antes de afrontar la última etapa en este país hicimos una parada en un lugar donde hubo asentamientos Sámis en la antiguedad y hoy en dia puedes encontrar los lugares donde se encontraban las cabañas de diferentes épocas y estilos, desde las más simples kotas a algunas más sofisticadas con varias habitaciones y con la mitad de la estancia bajo tierra para mejorar el aislamiento. Lo más destacado de lugar es una reconstrucción de una de las kotas
La principal atracción del lugar una piedra situada en el lugar donde se realizaban sacrificios rodeada por 13 círculos de pequeñas piedras. La piedra principal la untaban con aceite de hígado de bacalao para tener buena suerte en la pesca.
De esta manera finalizamos nuestra estancia en la península para encarar los ultimos días en este país, siguiente y últimos destinos: Kirkenes y Grense Jakobselv.
Hola pareja, me encanta seguir vuestras andaduras.
ResponderEliminarSaludos. Neus
Un placer tenerte por aquí!
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